Los cotidianos padecimientos acechan bestialmente
Ante la procura de la realidad
Marcando a fuego mis epílogos, atentando contra las
Líneas transversales de los hexámetros
A decir verdad, he padecido desde quien he sido,
Desde aquel hombre europeo sin idioma y sin rostro,
Soportando la condena del tiempo que me ha muerto
En el olvido
Ha pasado la aurora y el sepulcral pasado
Se invade de nostalgia y de memoria
(Y de tu otra ausencia)
Que decae nuevamente aquí, sobre este tiempo,
Sobre quien en esta vida he de ser
Y... Solo cambia el escenario, en la escena de la muerte
Queriéndote encontrar
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