De nuevo me enfrento cara a cara, hoja y pluma en mano, para comenzar un nuevo retrato, para dejar huella de quien he sido alguna vez, decodificando imágenes, a través del dolor y sufrimiento que causa el advenimiento de esta vida material (una más) y de aquel que me acompaña, que no es quien suscribe si no el otro, el de antaño, el de siempre centinela incansable, de insoslayable ceremonia, ese he de ser quien atenta ahora con la voluntad de quien forzosamente me obedece.