Con distintos matices y formas, el reflejo del espejo siempre dice la verdad.
Con sensibilidad y certeza nos vemos reflejados en una realidad estoica inamovible.

Cuando la conciencia y el tiempo matan

Es difícil descifrar esta agonía
Es difícil permanecer aquí cuando el invierno
se asoma y sincero se hace el frío, cuando al pasar
el tiempo y la sombra del ayer se hacen omnipresente

Busco refugio por las noches, en algún sitio de la
impávida habitación, para no ceder ante las
sombras, que en algún momento fueron aliadas
y me vuelven al pasado,queriéndose cobrar la
deuda del pacto firmado

Temeroso y desesperado pido a mi Dios misericordia
rogando que quienes golpeen a la puerta no sean ellos

(No por Dios, que no sean)

Aceptándote

Has aparecido aquí un día y te has hecho de mí
Apoderándote de mi alma, con la marcada sensatez
Que te caracteriza
Te siento junto a mí compartiendo mi mesa
Te acuestas junto a mí ocupando su lugar
Rió en las noches, al escuchar en silencio, como
atraviesas lentamente el salón
Amiga inseparable
Cómplice voraz
Testigo fiel de mis pesares
Me sorprende la mañana plomiza y gris
Acompañada de la más profunda oscuridad
Aceptándote al final (Como única voluntad)
Como la vida acepta al tiempo que inexorable
Transcurre, culminando con la muerte
Buenos días tristeza.

Acaso quien te dijo a ti que estoy vivo (II)

Temprano por la mañana siento el perfume
del nuevo día que comienza
Te observo serena y calma
Deja que cure las heridas del corazón
-de aquel que jamás perdona y nunca olvida-
Deja que este amor obtenga el color del cielo
El color del mar

Lunes veintinueve de noviembre
de mil novecientos setenta y nueve
Quien te dijo a ti que estoy vivo
Si acaba de comenzar mi muerte.

Acaso quien te dijo a ti que estoy vivo (I)

Acaso quien te dijo a ti que estoy vivo
Si aquí hasta los pareceres te absorben,
Es aquí en donde cada principio quedo
sepultados cambiando al amor
por la estreches y frialdad de un fusil
A la libertad por la necedad de una mentira
A la inteligencia sometida al conformismo
histriónico de los otros, de aquellos que
vulgarmente buscan perdón
Acaso quien te dijo a ti que estoy vivo.